Este fin de semana reafirmé mi odio a los porteros de discoteca y/o pubs. Por su soberbia sobrehumana y su prepotencia desmedida. Se creen con derecho a todo y no se cortan ni un pelo. Intentar razonar con un portero de discoteca activa la cuenta atrás hacia la hostia o la bronca segura.
Una situación cuánto menos estúpida se da cuando te encuentras con algún conocido en el andén de enfrente del metro. Porque lo ves, lo saludas, intercambias un par de palabras, pero como eres persona y no vas a ponerte ahí a gritar y entablar una conversación, pues te quedas allí, y la otra persona humana enfrente, como pasmados, sin decir nada, hasta que llega un tren (por fin) y alguno se monta.Que por cierto, hasta las mismas narices estoy yo del metro de Valencia.Desde que tengo memoria, todos los años, casi todos los meses, hay huelgas de metro. Y si ya normalmente están llenos de gentes (no hace falta que te agarres, es físicamente imposible caerse) cuando hay huelga el montarse en un vagón es una hazaña digna del señor Indiana.Y sí, veo lógico que si los trabajadores tienen problemas laborales están en su total derecho de ir a la huelga y manifestarse por las injusticias y demás, pero es que esta gente quiere cobrar dos veces más que un ministro y si hace falta no trabajar. Y llevan así...... 5 años????(eso creo, aunque puede que más) Y, por supuesto, servicios nefastos y precios desorbitados, que en año nuevo volverán a subir.
Me apunté a una academia de inglés, porque se me están olvidando las cosas y no puedo perderlo. La profesora parece maja. Increíble, porque todas las profesoras de inglés que he tenido eran unas perras que no sabían dar clase.A ver si la cosa cambia.
Por cierto, ya estamos en navidad, aunque parezca mentira. Ya han puesto la "plaza de la navidad" en la explanada del corte inglés, y la gente va como loca por la calle comprando cosas.Puto consumismo.